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Puedes en serio asirte enmarañarte a tu propia pierna
suplicar por tu vida y lograr
que te obedezca la muerte
Columpiarte en tus vaguedades y dominar el tránsito pendular
Deshacer las propiedades que te dan nombre
Flexibilizarte y permitir la posesión
tolerarla
y ser otros en ti sin pedir que te liberen
Cometer el flagelo del abandono
el cambio
entender qué es lo que estorba
renunciando a la distracción de lo extenso
y encontrarte
en una vista periférica de tu propia inmensidad e insignificancia
Y romper la roca y pulir la piedra
hasta ver el brillo de una verdad minusculísima
sin dudar que es ello lo único que buscabas.
Puedes
en serio
gritar renuncio escribir renuncio
sin abandonar
sin decir he allá la gran labor pero no iremos ni pensaremos en ello
sin recurrir al ayuno o recurrir
a la fiesta
para olvidar que ya pronto te mueres
que ya pronto se acaba la oportunidad
de renunciar a vanidosas superficialidades
a la salvaguarda de las malcriadeces
y hacerlo secretamente grande
el amor
el crecimiento
el viaje
la casa de mi alma
mi voz particular.
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