Judas

abril 24, 2015 Todo es Violeta, por Maily Sequera 0 Comentarios




Nunca antes desperté así
con la sensación la certeza las ganas desesperadas
de estar absolutamente loca.

Si viviese frente al mar me lanzaría adentro
a ver si la profundidad se hace cielo y caigo de nuevo pero suavemente en otro mundo.

Despertar y saber que nada ha sido cierto
perdón     que todo ha sido cierto
-ya ni sé qué escribo-
es el monstruo invencible de un adulto.
Le pedí a Dios que no me hiciera esto pero él y yo no seguiremos hablando.

Los amigos no van a venir aunque los busque.
Negarán las llamadas. Se dirán ocupados.
Si otros preguntan por mí         dirán que no saben.

Uno se vuelve fastidioso cuando la caga de viejo

Que los conozco.
que se esconden detrás de las puertas
con el índice en los labios los ojos vacíos
que se niegan a salir      a verte a la cara
no vayas a hablar de algo prohibido  de algo peligroso  de algo que no les importe:
tu corazón.
-Todos tenemos problemas-
No hay porqué verse cosidos
inevitablemente cosidos
a tu destino de temor y miedo.
A verse levemente proyectados en tu fracaso.

¿Te han perseguido?
No, no. Cambia de tema.
No lo han perseguido.
Quiere irse.
Todos quieren irse.
Pero a ninguno lo han perseguido.
Y te miran como si hubieses regresado de la muerte a besarles en la boca.

¿Por qué sigues hablando de esto?

¿Vendrás hoy?
Sí, sí.
Mienten.
Luego no vendrán.
Negarán una respuesta a su ausencia.
Hablarán casualmente del vecino desquiciado en su casa por cárcel.
Cambiarán de dirección de número telefónico de ciudad de realidad.
Van a preñar a la novia.
No quieren verte a la cara.
Eres el reflejo de todos sus temores
un recordatorio de su cobardía.

Hice con esta hoja un altavoz.
Grité pero nadie vino.
Ahora todos se han ido. Fingen que no me escuchan.
Sienten vergüenza porque en el peor de los momentos fueron capaz de abandonarnos.

Zapatito cochinito
Cambia de piececito
Si me tiro al mar me muero y a quién le importa sino a mi madre.

Quiero cien kilos de tierra húmeda y negra sobre mí pero nadie vendrá a desenterrarme.
Creo que puedo hacer crecer un árbol solo con pensarlo.
En un parpadeo yo sueño con las vidas imposibles.

Nadie vino a defenderme. Nadie.
La manada de valientes salió despavorida.
Hay gente que está arrecha.
Hay gente que está triste.
No conocen la fidelidad de quien lloró suficiente.

Hice con mis palabras una jaula para adentro desnudarme y dar vueltas.
No voy a salirme para evitarles problemas.
Cuando vengan a preguntar qué hago aquí
voy a callar y a babearme solo por joderlos.

Quise hablar de esto y nunca me escucharon.
Perdí todo lo que amé en 300 días.
Ustedes no se despertaron
-abrumados por la emoción censurada-
con ganas de estar completamente locos.
Ustedes corrieron todos juntos para mentirse y salvarse.
Ustedes me repiten que estoy bien, que todo está bien
cuando todo está muerto
o a punto de morir

y yo estoy sola.

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