Breves epistolares: Cuelgo o floto
He perdido tu número, tu dirección y ya no recuerdo como escribir correctamente tu correo electrónico. Forzar mi mala memoria, aún cuando tuviese suerte, es inútil, ni lo intento. Afortunadamente, me quedé sin nada y tanta ausencia es perfecta para este patético monologo que, por ser escrito, terminó siendo una carta redactada sobre los vacíos gráficos de un anuncio de revista. Esta breve epistolar no es un guión, es una carta. Es inútil e imposible hacer teatro entre nosotros pues qué haríamos tú y yo con tanto pánico escénico.
Me hace falta la teoría de lo que es importante, esa funcional respuesta, tu presencia reiterativa. Yo no caía en tanto vicio ni en esta actitud ilógica; no esperaba amor ni nada de mi instintillo humano. Hoy, quizás ya ni te ocupas en comprobar mi mentira. Tal vez, me odias o me extrañas, seguramente me ignoras. Esta, mi carta egoísta, no te extraña, no suplica, sólo quiere que regrese, de cualquier forma, tu excusa.
3 comentarios:
Oh My God! Volviste! te tengo que contar lo que pasó...
mmm no tienes idea lo mucho que me gusto...una carta egoista...
(pues nos linkeareamos)
saludos amiga violeta (mi color favorito)
Hola, sumo uno más.
Publicar un comentario