curva
la curva que no pedistey admiraste
tendida de lado
con las yemas de tus dedos vírgenes
es tu infierno
has nacido para temerle y sufrirla
vivirás para otorgarla y negarla
esa curva que va de tu cuello a tu cóccix
el punto de partida y de llegada, este ombligo,
y las piernas pudorosas, el lunar del muslo,
son una carga pesada;
son la lágrima
y el odio
entonces,
tú vienes,
por el placer infinito de detenerte ante mi duda,
a esperar a que reviente mi no con tu suspiro
y que yo te ame con carne y espiritu
sólo para expiar la culpa de detestarme a solas
bella es otra piel,
la que imaginas,
esa perfecta que nadie reprocha,
la de otra en la fotografía
yo soy la marca de cada accidente,
la torpeza de mi angustia,
la valiente del espejo
que tiembla ante tu mirada
mírame la lágrima
pero no preguntes
tu silencio fúnebre es casi admirable
entre piel y huesos, cargo gente muerta,
porque soy la guerra y eso ya lo sabes
tócame el cabello, que me sé y me sufro,
deseando victorias de triste heroína
yo quiero ganar, perdiéndolo todo,
la suerte terrible de la historia de otras
quiero detenerme pero es imposible
el infierno es húmedo, cálido y nocturno
corren, muy veloces, todos mis deseos
y te hundo el cuchillo de mis paranoias
hoy, soy manicomio y tu laborterapia
4 comentarios:
No te detengas, jamás, hunde el cuchillo hasta el fondo... sólo se vive una vez.
¡Gran escrito!, pasión infinita, me gustó mucho
saludos,
demasiada imagen me dibujas, no te creas mala, a veces pasa
Al final, en el fondo de la escena, tirado en un rincón, está un hombre, desnudo, herido de muerte.
Mi querida hermafrodita... estoy esperando su próximo escrito... ¿o es que se arrepintió de clavar el cuchillo?
un abrazo
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